domingo, 27 de marzo de 2016

Con el paso del tiempo

Definitivamente el estuche cada día se va arruinando más, pero el espíritu se mantiene intacto. Los sueños y anhelos se van quedando dormidos, tal vez un poco olvidados, pero uno nunca deja de sentir, y de vez en cuando te dan unas ganas terribles de tener la fuerza no sólo física sino también de espíritu, para poder correr de nuevo detrás de ellos. Pero tristemente los volvés a meter al baúl, y te quedás viéndolos con añoranza, porque el tiempo no pasó en vano, y no queda más que resignarse a dejarlos ahí...quedititos.
Cada vez que te ves al espejo, y te encontras una arruguilla nueva, se te hace un puño en el estómago y otro como en el corazón, no sólo porque son la prueba fehaciente del paso de los años, sino porque sabes que cada día te acercas más a lo desconocido; no sabes que va a ser de vos cuando llegues a viejo, y quisieras con toda el alma no llegar, pero no podes hacer nada para evitarlo, y te toca sólo esperar que llegue y pedir que tengas la fuerza necesaria para llegar al final con dignidad.
Hay un momento en el que te das cuenta que definitivamente no sos la misma persona. Que algo cambió adentro y que susto! No sabes cómo explicarlo, ni que decir. Pero ya no es igual. Y te das cuenta que de repente sos más sabio, ves las cosas y las analizas más detenidamente. Te vale un completo culo la opinión de los demás y sólo escuchas  consejo por no ser mal educado... bueno, a menos que sea alguien mayor, que de seguro tendrás siempre algo inteligente que decir....
Seguís vistiéndote igual, y eso si es una completa cagada. Porque cuando te das cuenta, estas haciendo el mayor de los ridículos, te vestis a la moda pero te ves como la roca más desubicada del planeta, usando culifaldas con casi 50 años a cuestas, y por supuesto no tiene uno un cuerpo como el Demi Moore o Cher para rajar. Entonces la pelada es peor. Porque uno se cree bajado de la teta de Adonis, divino y espectacular, y la realidad es todo lo contrario. En este punto lo más jodido de todo es, o te ves como una quinceañera cincuencuarentona, o como una completa abuela, porque no hay una alternativa mediana que te permita verte juvenil sin pelearte el culo.
Pero sin temor a equivocarme, creo que lo peor son las arrugas y las canas. (Definición de canas:  son esos pelos malvados, que parecen de mico, no se acomodan para ningún lado, son resistentes a cualquier tinte, por lo tanto ya vale el color que te pongas, igual se ven blancas, y encima pareciera que tienen vida propia, entonces siempre están paradas). Ya no existe en el mercado una puta crema que uno no se haya untado con tal de disimular las arrugas: desde la que anuncia la tal Xuxa y no sirve para una mierda, pasando por las humectantes más caras, hasta la crema para las hemorroides, pues hay quien asegura que es lo mejor (si desinflama las arrugas del culo que no haría por las de la jacha).
A eso sumele las pinches canas que salen en los lugares innombrables... Digase mico, cejas, barba y bigote. Las tres últimas se pueden desaparecer más fácilmente y con menos inconvenientes que la primera, que llega a convertirse en una verdadera pesadilla cuando sin lugar a dudas hay que depilarse casi que a diario o hacer un ahorro exhaustivo para poder pagar una depilación láser.
Al final,  lo único que queda es recibir con dignidad todo lo que te va llegando, desde la presbicia (yo que he sido deficiente visual y toda la vida tuve que acercarme todo para leerlo ahora estoy más que cagada, porque me toca alejarlo, y de igual forma no veo ni mierda) hasta el sobrepeso incluyendo la ropa que no te gusta pero que ya no podes evitar y te toca usar. Es triste. Y mucho. Porque no te ves lindo, te cuesta más hacer las cosas te cansas con más facilidad y la vida te empieza a pesar. Y aunque tuvieras mucha mucha plata igual tampoco puedes hacerte mucha cosa, o vas a terminar luciendo como la famosa Tigresa del Oriente, y ya no sabrías que es peor si el remedio o la enfermedad.
Por lo tanto, ahorremos para los pañales, toallas húmedas y así por lo menos vamos a andar meados dignamente y oliendo rico. No importa si te cagás, igual te vas calladito pa la choza, te limpiás el culo y como si nada. Y de las canas arriba y abajo pues nada, las de arriba se teñirán hasta que la aguevazón nos gane, y las de abajo se rasurarán hasta que los ojos, el pulso y la panza lo permitan. Pero de que los años no pasan en vano, nada más cierto!
Póngale, que ya mañana es lunes, se acabó la vagabunderia de la Semana Santa y no se ahueve, viva feliz!